Parador de Soria ****

El parador de Soria, denominado también Antonio Machado, es un parador de 4****, visitado en la primavera del año 2012, que se yergue sobre un bosque elevado sobre la propia ciudad, ofreciendo desde aquí unas imejorables vistas tanto del bosque, sobre el que descansa, como del valle que riega el río Duero a su paso. Es un parador moderno, pero esto carece de la menor importancia compensado con creces por unas excepcionales vistas.

Situación

Su acceso es sencillo a pesar de estar situado en un alto sobre la ciudad. La llegada al mismo presenta dos zonas de parking exterior franqueándolo, pudiendo elegir entre dejar el vehículo aparcado, ya que Soria ofrece estupendos lugares para el sosiego y el deleite, o hacer uso del mismo para poder establecer rutas más lejanas o bien conocer otros lugares interesantes de la provincia. El parador está muy bien acondicionado proporcionando al visitante unos magníficos paseos alrededor del mismo, si es que el tiempo acompaña. Las extraordinarias vistas no dejan indiferente a nadie, vistas sobre el monte, vistas sobre la ciudad, vistas sobre el río... todo el parador explota esto ofreciéndonos en zonas comunes este deleite para la vista. No debe dejarse de visitar el comedor, estratégicamente situado, ofrece unas vistas excepcionales, así como las habitaciones.

Lugares de interés

Aprovechando el estupendo día que hacía, decidimos posponer nuestra llegada al parador hasta la hora de la cena, dedicando una maravillosa tarde primaveral a recorrer varias localidades de Soria, y sin duda, fué una decisión muy acertada. que aconsejo si se presenta la ocasión. A 70 kms de nuestro destino, nos encontramos la población de El Burgo de Osma, procediendo a la visita de la iglesia-catedral La Asunción de Nuestra Señora, después de sacar las entradas nos informan que  las únicas fotos que nos permiten realizar son en el claustro. Desde aquí, en un lento paseo por las calles del pueblo nos dirigimos a la Plaza Mayor, destacando al fondo las torres, soberbias y majestuosas. Cuando llegamos, la plaza se nos presenta cuadrada, y se hace acompañar de unos frondosos árboles que proporcionan sombra a los bancos en uno de los lados, recordando a pequeña escala, a la Plaza de Viriato de Zamora, eso sí, este reducto verde sólo ocupa un pequeño espacio de la plaza. Al otro lado de la plaza destaca el  Ayuntamiento. Para terminar, hacemos un descanso en la misma plaza disfrutando del paso del tiempo, que parece hacerse eterno, estirarse, prometiéndonos volver de nuevo en otra ocasión a este pueblo, pues ha supuesto todo un descubrimiento.

De camino a nuestro destino aparece Calatañazor, pueblo medieval en el cual también merece la pena hacer una parada. Este pueblo cercano a Soria, apenas 30 kilómetros le separa, nos saluda con un retrato de Almanzor , en el cual reza "Calatañazor, dónde Almanzor perdió el tambor", aunque este hecho parece más un producto de la imagineria popular ya que parece poco fundamentado que Almanzor fuera vencido aquí, dónde derrotó una y otra vez a a las tropas cristianas, aunque al final se salieron con la suya porque moriría en Medinaceli, El pueblo nos recuerda a la zona de la Alberca, Béjar, Candelario.. salvo en un detalle, las chimeneas  que son de origen medieval. En nuestro bucólico pasear no debe pasársenos el castillo, coronando el alto del pueblo, aún permite distinguir perfectamente las murallas de otro pasado más glorioso, dónde algunos patios aún usan su murallas como pared. La torre del  Homenaje  emerge serena, sin duda, desafiante a una tarde que poco a poco amenaza con descargar una buena tromba de agua. De pronto, se nos antoja una vista impresionante sobre los campos de Castilla , hastá dónde nos alcanza la vista. La tarde ha pasado de bucólica y soseaga a llorona, no podemos hacer un alto en un pequeño sabinar junto al pueblo, y nos dirijimos al parador por una carretera algo sinuosa.

Al dia siguiente, el tiempo ha ido empeorando, alternando nubes con claros, y amenaza tormenta, así que dedicamos la mañana de sábado, siguiente a la llegada el dia anterior, a conocer Soria. Nos dejamos aconsejar en el hotel, nos informan poder coger el trenecito turístico para darnos un recorrido por la ciudad, lo cogeremos por la tarde, ya que no para de llover de forma intermitente y caprichosa. Ahora, por la mañana aún se aguanta el tiempo y nos aconsejan la Ermita de San Saturio. Hay un parking libre a unos 200 metros de la misma, y debido al tiempo decidimos bajar en el vehículo, luego simplemente debemos cruzar por un puente el río Duero, mientras lo cruzamos vemos el puente adornado de candados, donde cientos de parejas se prometen amor eterno, y accedemos a uno de los paseos mas románticos, paseo de los Enamorados, dónde en la roca se pueden leer los versos de Antonio Machado, y se nos aparece la entrada a la iglesia. Ésta está excavada en la misma roca, la ermita se enclava sobre la roca y por allí accedemos por escaleras acondicionadas a la parte superior, dónde nos encontraremos una reproducción exacta de la vida del santero, encargado de la limpieza y apertura de la ermita, así como de la atención a los turistas. En la actualidad, ha perdido su aspecto religioso, ya ni pide limosna, ni se parece a San Saturio ni vive en la ermita, es simplemente un empleado público aunque conserva el nombre de santero por tradición. Desde aquí accedemos a la sala capitular, que me provoca un estremecimiento por su hermosura, y si miramos al techo observaremos su

cúpula. Por la tarde, ante el caprichoso clima, nos dedicamos a recorrer las calles de Soria, a veces al refugio de un establecimiento, a veces paseando, para acabar cogiendo el tren de la ciudad

Gastronomia

La comodidad se ha impuesto y esta vez hemos disfrutado de las excelencias del parador, cansados a veces de explorar lugares que unas veces das en el clavo y otras sales "clavado". Disfrutamos el primer día: 

Mar y Montaña de bacalao y matanza sobre garbanzos de Vega Ucedo

Papillote de merluza rellena de centollo y bolletus 

Carpaccio de piña

Nuestro pate de perdiz,

Cochinillo asado.

Helado frito de chocolate

 

Continuamos el segundo día:

Tatin de Mango con fué

Cochinillo asado

Coulant de turrón

y

Corazones de tomate raff con jamón.

Lomo de cebón.

Carpaccio de piña

En ambos dias, las raciones fueron excesivas para la cena, en especial el primer día con la opción de Mar y Montaña.

Recomendaciones

Durante nuestro deambular soriano descubrimos Muñoz delicatessen, dónde un señor amabilísimo nos invita a su interior, dejándonos degustar los productos de la tierra. Nos aconseja llevarnos diferentes productos, que se podrían reducir a chorizo, salchichón y queso, sin olvidarnos por supuesto del vino, que estamos en las tierras que riega el Duero!.

Al final nos atrevemos con chorizo casero, salchichón y lomo, el chorizo resulta ser todo un descubrimiento. Y,para remate, queso y vino, del último el tendero nos asegura que no llega a Madrid, ya que tratan con bodegas pequeñas, y al cual dedicamos un apartado especial.

Y, como postre, si uno es goloso, otro descubrimiento, la costrada de nata artesana, exquisito. Es parecido a la milhoja pero al ser de nata artesana no tiene parangón.

El vino

Este "manjar de dioses" merece un capítulo especial. He aprendido en mi deambular por toda la geografía española que hay unos estupendos caldos, y no necesariamente a precios desorbitados, así que cada vez que visito un lugar me hago con unos caldos de la tierra, no siempre acierto pero para conocer hay que probar. En esta ocasión, haciendo caso al comerciante de Delicatessen Muñoz me hice con una botella de una pequeña bodega: 

Torre de Golbán. Reserva 2005. 14.75 €.

El retorno 

Han sido un fin de semana intenso y bien aprovechado, Soria no la imaginaba tan verde, pero llega el momento de volver a coger el vehículo y realizar el camino de vuelta, 200 kms. nos separan de la capital. Solamente tenemos claro que volveremos.